Ayer el día fue un poco regular. Vale, venga: ayer, fue un
día de mierda. Lo sé. De esos en los que cuando te metes en la cama decides que
no te vas a volver a levantar por lo menos en dos años. Pero no… por desgracia,
no lo puedes hacer. Así que, ¡arriba!
Ayer ya pasó y hoy se te presenta un día lleno de
oportunidades. Recuerda lo que dicen los de Mr. Wonderfull: “hoy es un buen día
para tener un gran día”. Y si ellos los dicen, será verdad (que por algo lo
están petando tanto).
Venga, levántate y date una ducha. Aprovecha para ponerte
esa canción que tanto te gusta y te motiva. Esa que es todo un temazo para ti.
La que te da vergüenza confesar que te resulta pegadiza. Así la ducha sienta
mucho mejor.
Ahora coge ese vestido del armario que tanto te gusta. Sí,
sí, ese que te queda fenomenal. Y píntate los labios rojos, hoy permítete
sentirte un pibón (lo sé, tu amiga, esa que iba contigo al colegio te ha dicho
alguna vez eso de que los labios rojos para diario son demasiado exagerados y
que no le gustan nada …) ¡tonterías! A ti te quedan fantásticos.
Lo importante
es que tú te sientas bien, si los demás no están preparados, ellos se lo
pierden.
Ahora prepárate para salir a la calle, no sin antes meter en
el bolso una chocolatina, pero no de esas light, no hagamos tonterías. Llévate
una chocolatina de las de siempre, o pasa por la panadería y cómprate un bollo
o… ¿Por qué no?, intenta salir 15 minutos antes de casa y entra en una
cafetería a desayunar: tu café, con media tostada, un croissant y un zumo de
naranja ¡Como una señora! Así sí que se empieza bien el día.
¿Lo ves? Tienes un día por delante dispuesto a darte mucho,
así que aprovéchalo y demuéstrale que hoy ya no es ayer.
¡Feliz día!
(Y por si os lo estáis preguntando... si, tenemos media colección de tazas -y derivados- de mr. wonderful).
No hay comentarios:
Publicar un comentario